BIO
Eduardo Chillida Belzunce nace en San Sebastián el 15 de marzo de 1964. Hijo de el escultor Eduardo Chillida y Pilar Belzunce, es el menor de la familia
Desde bien pequeño Eduardo muestra interés por el arte. Así, con cinco años realiza su primera escultura con tierra que le da su padre. Esta pequeña terracota nos muestra a una mujer sentada en una silla con los brazos posados detrás de su cabeza y las piernas cruzadas. Más que la habilidad en el hacer, lo que llama la atención en la escultura es la visión plástica del cuerpo femenino que ya Eduardo tenía desde bien pequeño.
En varios dibujos de Chillida hechos a su hijo cuando era un niño, Edu aparece siempre pintando, ya sea sentado, o tumbado, pero con un lápiz y un papel entre sus manos.
Parece ser que su afán por “ser artista de mayor” como el declaraba, pudo más que sus ganas de estudiar.
Tras un breve paso por la Escuela de Artes de Deba y el Círculo de Bellas Artes de Madid, donde tuvo el placer de recibir clases del pintor Antonio López y también la Escuela de Artes y Oficios de Madrid,
comienza a dedicarse primero a la escultura y posteriormente también a la pintura.
Por aquellos años, todavía no había cumplido los veinte – entre los 17 y los 20 años – esculpe en piedra, alabastro, y trabaja también con terracota y bronce.
Pasa una temporada en el estudio de su hermano Pedro. Pedro, que es el mayor de los chicos Chillida y padrino de Eduardo, por entonces había estudiado la carrera de Filosofía y Letras y se había instalado en un estudio junto a la casa paterna. Allí pintan y charlan los dos y cada uno da rienda suelta a su propio arte.
En 1985 Eduardo tiene un terrible accidente en moto que le hace permanecer en coma un mes y medio. Contra todos los pronósticos médicos, Eduardo consigue salir de ese túnel oscuro, recuperar el habla, andar, y en fin, con mucho esfuerzo, incorporarse de nuevo a la vida normal. Por culpa de la
parálisis de medio lado que sufrió tras el accidente se ve obligado a volverse zurdo para poder continuar con la pintura.
Es entonces en el año 1986 cuando se traslada a Madrid con su hermano Luis a un piso de estudiantes. Una prueba para demostrarse a sí mismo y a los demás que puede desenvolverse por sí mismo. Allí continúa pintando, pero no esculpiendo. Eso es algo que desde el accidente parecía que permanecía oculto por los adentros de su mente, hasta que en el año 2010, volvió a recuperar, retomando la escultura con el esfuerzo de su mano izquierda.
Al año siguiente, 1987, pasa una temporada de seis meses en Nueva York en casa de su hermana Susana.
Allí, gustaba de pasear por Central Park y acercarse al Metropolitan Museum a ver como él mismo dice, “a mis amigos los pintores”. Por supuesto siguiendo esa costumbre suya de pintar siempre allí donde vaya más de un par de días, continuó pintando en casa de Susana. El pintaba en un lugar y su cuñado Eduardo Iglesias escribía en otro. Susana entonces comenzaba a preparar su tesis doctoral en la Universidad de Columbia.
En 1988, con 24 años y ya de vuelta a casa, realiza su primera exposición individual en Galería Dieciséis de San Sebastián.En 1989 conoce a Susana Alvarez una periodista que trabaja en publicidad y en septiembre de 1991 se casan en Amasa, localidad guipuzcoana cercana a San Sebastián.
duardo y Susana tienen cuatro hijos, Eduardo nacido en1993, Laura en 1995, Pablo de 1998 y Miguel nacido en 2004. Además de la familia comparten también el trabajo, ya que su mujer se dedica a organizar las exposiciones de Eduardo y acompañarle en toda su vida.
A lo largo de toda su carrera, comprometido con obras sociales, benéficas y religiosas, Eduardo ha participado en numerosas exposiciones benéficas, así como en dos ocasiones, el Mural “Beste aldean” de la plaza Zuloaga y el mural “Homenaje al Señor” en la Parroquia de San Sebastián Mártir, ambos en su ciudad natal, San Sebastián, han sido donaciones, el primero para la DYA y el segundo para la Iglesia Católica.
En 2010 Eduardo viaja a México con Susana y permanecen en casa de Heberto Guzmán, el cual le motiva a Eduardo para que retome la escultura. Es así como enseguida de volver a casa comienza de nuevo a esculpir, a lo largo del 2011, 2012 y 2013 realiza una veintena de esculturas.
En 2015 da un paso más, realizando seis grandes esculturas en bronce que se presentaron en la plaza
del Louvre en París en 2017 y 2018 mostrándose al público por primera vez.
Desde entonces, las esculturas han sido expuestas en diferentes lugares también emblemáticos como el atrio de la Iglesia de San Vicente, la más antigua de San Sebastián o Londres, en Lower Grosvenor Gardens, un pequeño y delicioso jardín junto a Buckingham Palace.
En 2023, haciendo honor a su gran resiliencia, constancia y afán de superación, pinta un cuadro con la mano derecha, con la que había nacido hábil y que perdió la movilidad en el accidente de moto de 1985.
En 2024, al cumplir 60 años, el artista decide mostrar al público su faceta abstracta, esa que siempre ha estado ahí en el comienzo de todos sus cuadros y que después cubría con pinturas figurativas.
Será en Ibiza, en el Estudio Laterna, donde sus Orígenes abstractos saldrán a la luz. Una vertiente muy
interesante, con potencia, carácter y gran carga onírica. Y que como todo lo que hace, parafraseando a su padre: “le sale de las tripas”.